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Mandato del Cielo

Mandato del Cielo

¿Qué es el Mandato del Cielo en la Cultura China?

El Mandato del Cielo, mandato celestial (o mandato celeste) es un concepto de la filosofía tradicional china referente a la legitimidad de los gobernantes chinos. Su origen se remonta a la dinastía Zhou, aunque luego la usarían todas las demás dinastías chinas para justificar su gobierno. El concepto se uso durante toda la Historia de China, aunque sigue vigente para los chinos más tradicionales.

¿En qué consiste el Mandato del Cielo? 🌄

El mandato del cielo, tiānmìng (天命), justifica la legitimidad del gobernante, ya que el cielo, tiān (天), lo ha elegido como tal. Sin embargo, para mantener el mandato del cielo, el gobernante ha de ser justo con el pueblo y mantenerse en armonía con el universo.

Mandato del Cielo China

¿Y si el Emperador de China no cumple con sus requisitos?

Si el gobernante (emperador) no cumple con estos requisitos, él y sus herederos habrán perdido el mandato del cielo y pasarán a perder toda su legitimidad como gobernantes. Además, el cielo puede mandar señales de desacuerdo en forma de desastres naturales e incluso, designar a otro gobernante.

Por tanto, las revueltas populares están plenamente justificadas y si una revuelta acaba con el gobernante (emperador), significa que el líder de la sublevación posee el mandato del cielo. Es decir, tiene el derecho pleno a ser el nuevo gobernante.

¿Por qué el Mandato del Cielo es tan importante en China? 🌟

Porque apela a la propia función de un emperador. El mismo carácter de emperador nos indica que éste debe ser la persona que una el mundo celestial con el mundo terrenal. Por ello, es vital que el emperador posea la aprobación del cielo. De ahí también la cantidad de ceremonias religiosas que éstos debían llevar a cabo y los nombres de algunos edificios dentro de la vivienda imperial. El mandato del cielo es igual a la legitimidad.

Sucesos históricos relacionados con el Mandato del Cielo ☯

A continuación pasaremos a explicar algunos sucesos de la historia de China relacionados con el Mandato Celestial.

La revuelta de los turbantes rojos y el comienzo de la dinastía Ming

La dinastía Yuan (de etnia mongola), precedente de la dinastía Ming, tenía serios problemas institucionales y burocráticos. Dentro de la corte, había una parte a favor de la inclusión de los chinos de etnia han dentro de los cargos administrativos, pero prevaleció la decisión de discriminarlos, lo que desembocó en el resentimiento de la población han.

Además, subieron los impuestos en las regiones e inflaron la moneda. Por si fuera poco, sucedieron inundaciones debido a las crecidas del río amarillo, cuyo control había sido abandonado por los Yuan. Por tanto, la agricultura se vio afectada, así como la economía. La población pasaba hambre y se produjo el descontento popular.

Es decir, los últimos emperadores de la dinastía Yuan no estaban siendo justos. También estaban sufriendo desastres naturales. Se podía decir que habían perdido el mandato del cielo.

En consecuencia, se produjeron numerosas revueltas. Sabían que si una de ellas venciese a los Yuan conseguiría el mandato del cielo, es decir, la legitimidad para gobernar.

Zhu Yuanzhang, un agricultor y monje budista, se unió a los Turbantes Rojos del sur. Posteriormente, acabó liderando la revuelta y manifestó sus grandes ambiciones.

Tomó la capital, Dadu (Pekín actualmente) en 1368. Un humilde agricultor se hizo con el ansiado mandato del cielo y así mismo, con el título de emperador. Zhu Yuan Zhang se hizo llamar Emperador Taizu.

Así, el Emperador Taizu (también llamado Hongwu, por el nombre de su reinado), fundó la dinastía Ming en Nankín. El problema del mandato del cielo, es que todo golpe de Estado o rebelión estaban justificados. Taizu vivió con el miedo a un golpe de Estado muy presente.

Emperador Yongle y su obsesión por el Mandato del Cielo

Se rumoreaba que el Emperador Yongle, de la dinastía Ming, había perdido el mandato del cielo, pues su palacio fue incendiado. Incluso él mismo creía que el cielo estaba enfadado con él:

“El Dios del Cielo está enfadado conmigo, y, por tanto, ha quemado mi palacio, aunque yo no he cometido ninguna mala acción… Quizá se ha cometido alguna trasgresión de la ley ancestral, o alguna perversión de los asuntos de gobierno… Quizá los castigos y los encarcelamientos han sido excesiva o injustamente aplicados a los inocentes… En mi confusión no puedo encontrar la razón.”

Su hijo (el emperador Hongxi), al llegar al trono decretó las expediciones de Zheng He como la causa del enfado del cielo, por lo que se dejaron de hacer.

La pérdida del mandato del cielo de la dinastía Ming

Durante el reinado de los próximos emperadores, éstos le fueron dando cada vez más poder a los eunucos de la corte, a los funcionarios e incluso a las concubinas. Las intrigas palaciegas eran abundantes y así mismo la corrupción.

Durante el reinado de Wanli, se llegó al punto en el que los eunucos tenían más poder que el emperador. El mismo emperador Wanli lo permitió.

A la corrupción se sumaron los problemas exteriores con Japón (Guerra Imjin y piratería japonesa en las costas del sur de China), los desastres naturales (inundaciones, una epidemia y el terremoto de Shaanxi) y el problema de la plata.

Una vez más, China se veía sumida en la calamidad y la pobreza. Se podía decir que los Ming habían perdido el mandato del cielo.

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